Profe, si A fuera el cuadrado de una matriz cuadrada B, es decir, si A = B·B = B2, entonces A sería también una matriz cuadrada pero ¿la matriz cuadrada B sería la raíz cuadrada de la matriz cuadrada A? Si esto es así, yo he encontrado varias raíces cuadradas de I2, la matriz identidad de orden 2. Mire:
Le contesté que sí, que se llamaban raíces matriciales, pero que había que tener cuidado porque había matrices cuadradas que no tenían raíces cuadradas, había otras que tenían una cantidad finita y, finalmente, había matrices cuadradas que tenían infinitas raíces cuadradas. Pepe me miró incrédulo. Ahora la cara de perplejidad era la suya pero no hizo ningún comentario. Se quedó pensativo...
Comprueba, si no lo has hecho todavía, que todas las matrices del ejemplo de Pepe son raíces cuadradas de I2.
Calcula todas las raíces cuadradas de I2.
Encuentra alguna matriz de orden 2 que no tenga raíces cuadradas.
¡Ánimo! ¡No es difícil!
SOLUCIÓN
Mire, profe. Plantear una ecuación matricial es plantear un sistema...
aa+bc = 1
ab+bd = 0
ac+cd = 0
bc+dd = 1
Si d = –a, se verifican las ecuaciones segunda y tercera, y las ecuaciones primera y cuarta serían equivalentes, con bc = 1–aa.
Si d y a no son opuestos, las ecuaciones segunda y tercera se verifican si b = c = 0, en tal caso las ecuaciones primera y cuarta se verifican si a = d = 1 o a = d = –1.
Todas las matrices de Pepe cumplen una de las dos condiciones...
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